Página 417 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Sumisión y f
En tales casos de aflicción, cuando Satanás domina la mente,
antes de dedicarse a la oración debe haber el más detenido examen
propio para descubrir si no hay pecados de los cuales sea necesa-
rio arrepentirse, para confesarlos y abandonarlos. Es necesaria una
profunda humildad de alma delante de Dios, y una confianza firme
y humilde en los méritos de la sangre de Cristo únicamente. Nada
lograrán el ayuno y la oración mientras el corazón esté enajenado
de Dios por una conducta errónea. Léase
Isaías 58:6-7, 9-11
.
Lo que el Señor requiere es una obra del corazón, buenas obras
que broten del corazón lleno de amor. Todos deben considerar con
cuidado y oración los pasajes arriba citados, e investigar sus motivos
y acciones. La promesa que Dios nos hace se basa en una condición
de obediencia, de obediencia a todos los requerimientos. Léase
Isaías
58:1-3
...
Fe y calma
Me fue mostrado que en caso de enfermedad, cuando está expe-
dito el camino para ofrecer oración por el enfermo, el caso debe ser
confiado al Señor con fe serena, y no con tempestuosa excitación.
Sólo él conoce la vida pasada de la persona, y sabe cual será su fu-
turo. El que conoce todos los corazones, sabe si la persona, en caso
de sanarse, glorificaría su nombre o lo deshonraría por su apostasía.
Todo lo que se nos pide que hagamos es que roguemos a Dios que
sane al enfermo si esto está de acuerdo con su voluntad, creyendo
que él oye las oraciones que presentamos y las oraciones fervientes
que elevamos. Si el Señor ve que ello habrá de elevarlo, contestará
nuestras oraciones. Pero no es correcto insistir en el restablecimiento
sin someternos a su voluntad.
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Dios puede cumplir en cualquier momento lo que promete, y
la obra que él ordena a su pueblo que haga puede realizarla por
[
Joyas de los Testimonios 1:210-214
.
]
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