Página 330 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La clase de obreros que se necesitan
Debiéramos tener cuidado de conectar con todos nuestros sa-
natorios a personas que representen correctamente la obra. Los
caracteres deben formarse aquí siguiendo la similitud divina. No es
la ropa costosa lo que nos dará influencia, en cambio, por medio de
la verdadera humildad cristiana debemos exaltar a nuestro Salvador.
Nuestra única esperanza de tener éxito en hacer el bien a la gente
del mundo que acude a nuestros sanatorios como pacientes, es que
cada miembro del personal mantenga una conexión viva con Dios.
La ropa de los auxiliares del sanatorio debe ser modesta y limpia,
pero la vestimenta no es tan importante como el comportamiento.
Lo que es más importante es que vivamos la verdad, que nuestras
palabras armonicen con la fe que profesamos. Si los obreros de
nuestros sanatorios se entregaran a Dios y ocuparan una posición
elevada como creyentes en la verdad, el Señor reconocería esto y
veríamos que se lleva a cabo una gran obra en estas instituciones.
Auxiliares experimentados
No es lo mejor traer a nuestros sanatorios un número excesivo de
personas no experimentadas, que llegan como aprendices, mientras
existe una carencia de obreros experimentados y eficientes. Necesi-
tamos más mujeres que manifiesten dignidad, y hombres que tengan
principios genuinos y sólidos, hombres firmes que teman a Dios y
que puedan llevar responsabilidades con sabiduría. Algunos pueden
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venir y ofrecer trabajar por un sueldo reducido, porque les agrada
el ambiente del sanatorio, o porque desean aprender; pero no es
una verdadera economía dotar a una institución mayormente con
auxiliares inexpertos
Si las personas debidas se relacionan con la obra, y si todos
humillan sus corazones ante Dios, aunque actualmente exista una
pesada deuda en la institución, el Señor obrará en tal forma que la
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The Review and Herald, 30 de diciembre de 1909
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