Página 187 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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La glotonería es pecado
Es un pecado ser intemperante en la cantidad de alimentos ingeri-
dos, aun cuando la calidad no pueda objetarse. Muchos piensan que,
si no comen carne y los alimentos más elaborados, pueden ingerir
alimentos sencillos hasta hartarse. Esto es un error. Muchos profesos
partidarios de la reforma pro salud no son nada más que glotones.
Colocan en los órganos digestivos una carga tan grande que agota la
vitalidad del organismo en el esfuerzo de digerirla. También tiene
una influencia depresiva en el intelecto, pues se requiere la energía
nerviosa del cerebro para ayudar al estómago en su obra. El comer
en exceso aun de los alimentos más sencillos, entorpece los deli-
cados nervios del cerebro y debilita su vitalidad. Comer en exceso
tiene un efecto peor sobre el organismo que trabajar en exceso; la
intemperancia en el comer postra más efectivamente las energías
vitales que la intemperancia en el trabajo.
Los órganos digestivos nunca debieran recargarse con una canti-
dad o calidad de alimentos que les será difícil digerir. Todo lo que se
ingiere en mayor cantidad que la que el organismo pueda usar para
convertir en buena sangre, obstruye la maquinaria; pues no puede
convertirse ni en músculo ni en sangre, y su presencia recarga el
hígado y enferma el organismo. El estómago trabaja en exceso en
su esfuerzo por digerir estos alimentos y luego hay una sensación
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de languidez, que se interpreta como apetito; y sin permitir que los
órganos digestivos se tomen tiempo para descansar de su duro traba-
jo, y reponer energías, se ingiere otra cantidad exagerada y se pone
nuevamente en movimiento la agotada maquinaria. El organismo se
nutre más deficientemente ingiriendo una cantidad excesiva de ali-
mentos, aunque sean de buena calidad, que ingiriendo una cantidad
moderada en períodos regulares..
Es imposible tener una concepción clara de las cosas eternas
a menos que la mente se espacie en contemplar temas elevados.
Todas las pasiones deben sujetarse a las facultades morales. Cuando
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Testimonios para la Iglesia 2:368-369
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