Página 136 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Relación de la alimentación con la salud y la
moralidad
Se nos ha concedido sólo una vida y cada uno debiera preguntar-
se: “¿Cómo puedo glorificar a Dios y beneficiar a mis semejantes?”
Porque la vida tiene valor únicamente si se la usa para alcanzar estos
fines.
El desarrollo propio es un deber
El autodesarrollo es nuestra primera responsabilidad para con
Dios y nuestros semejantes. Toda facultad que el Creador nos ha
concedido, debe ser desarrollada hasta alcanzar la plenitud de su
capacidad, de tal manera que podamos realizar el mayor bien posible.
Por lo tanto, el tiempo empleado en cultivar y preservar la salud física
y mental está bien usado. No podemos darnos el lujo de impedir el
crecimiento o debilitar ninguna función del cuerpo ni de la mente.
De lo contrario tendremos que sufrir las consecuencias.
Todo hombre tiene la oportunidad, en gran medida, de elegir
su propio destino. Las bendiciones de esta vida y también las del
estado inmortal, se hallan a su alcance. Se puede edificar un carácter
sólido, y adquirir mayor fortaleza a cada paso del camino. Es posi-
ble avanzar diariamente en sabiduría y conocimiento, y descubrir
nuevas delicias al progresar, añadiendo virtud sobre virtud, gracia
sobre gracia. Las facultades mejorarán con el uso; mientras más
sabiduría se obtenga, más aumentará la capacidad de aprendizaje. La
inteligencia, el conocimiento y la virtud cobrarán mayor fortaleza y
perfecta simetría.
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Por otra parte, el hombre también puede permitir que sus talentos
se enmohezcan por falta de uso, o que los malos hábitos los pervier-
tan, y los corrompa la falta de dominio propio y de fortaleza moral y
religiosa. Entonces su trayectoria será descendente; desobedecerá la
ley de Dios y las leyes de la salud. El apetito lo dominará y se dejará
llevar por sus inclinaciones. Le resultará más fácil permitir que los
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