Una ilustración
La obra de Cristo en favor del paralítico ilustra la manera en que
hemos de trabajar. Por intermedio de sus amigos, este hombre había
oído hablar de Jesús, y pidió que se le llevara hacia la presencia
del Gran Médico. El Salvador sabía que el paralítico había sido
torturado por las sugestiones de los sacerdotes, de que a causa de
sus pecados, Dios lo había desechado. Por lo tanto, su primera obra
consistió en dar paz a su espíritu. “Hijo—dijo—, tus pecados te
son perdonados”. Esta seguridad llenó su corazón de paz y gozo.
Pero algunos de los que estaban presentes empezaron a murmurar
diciendo en su corazón: “¿Quién puede perdonar pecados sino sólo
Dios?” Entonces, para que supiesen que el Hijo del Hombre tenía
poder para perdonar los pecados, Cristo dijo al enfermo: “Levántate,
toma tu lecho y vete a tu casa”.
Marcos 2:5-11
. Así demostró el
Salvador que unía la obra de predicar a la de sanar.—
Joyas de los
Testimonios 2:491
.
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