Página 633 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Se necesita una reforma
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inclinaciones inferiores. Un régimen alimentario a base de carnes
tiende a desarrollar la sensualidad. Un desarrollo de la sensualidad
disminuye la espiritualidad y torna la mente incapaz de comprender
la verdad
La Palabra de Dios advierte claramente que a menos que nos
abstengamos de la complacencia carnal, la naturaleza física entrará
en conflicto con la naturaleza espiritual. La manera licenciosa de
comer lucha contra la salud y la paz. Así se establece una guerra
entre los atributos elevados y los inferiores del hombre. Las inclina-
ciones más bajas, fuertes y activas, oprimen el alma. Los intereses
superiores del ser quedan expuestos al peligro por la complacencia
de los apetitos que no tienen la aprobación del Cielo.
Debiera ponerse mucho cuidado en la formación de hábitos
correctos de comer y beber. El alimento que se consume debiera
ser el que proporcione la mejor sangre. Los delicados órganos de
la digestión debieran ser respetados. Dios requiere que nosotros, al
ser temperantes en todas las cosas, desempeñemos nuestra parte en
la tarea de mantenernos con buena salud. El no puede iluminar la
mente de un hombre que convierte su estómago en una letrina. No
escucha las oraciones de los que andan a la luz de las chispas de su
propio fuego.
Errores comunes en el régimen de alimentación
La intemperancia se manifiesta tanto en la cantidad como en la
calidad del alimento que se consume. El Señor me ha dicho que en
general se coloca demasiado alimento en el estómago. Muchos se
ponen en una situación incómoda al comer en exceso, y con frecuen-
cia la enfermedad es el resultado. El Señor no les acarreó ese castigo.
Ellos mismos se lo impusieron, y Dios desea que comprendan que
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el dolor es el resultado de la transgresión.
Los órganos digestivos, cuando se abusa de ellos diariamente, no
pueden hacer bien su trabajo. Como resultado, se produce una sangre
de mala calidad, y debido al hecho de comer equivocadamente, se
perjudica todo el organismo. Hay que dar menos trabajo al estómago.
Este se recuperará si se lo cuida en forma apropiada en lo que
concierne a la calidad y cantidad del alimento consumido.
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The Review and Herald, 27 de mayo de 1902
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