Página 220 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
ayuda para la obra educativa que cada escuela esté situada de modo
que proporcione a los alumnos tierra para el cultivo y acceso a los
campos y a los bosques.
En lo que a la recreación del alumno se refiere, se obtendrán los
mejores resultados mediante la cooperación personal del maestro.
El verdadero maestro puede impartir a sus alumnos pocos dones tan
valiosos como el de su compañerismo. Puede decirse de los hombres
y mujeres, y mucho más de los jóvenes y niños, que solamente los
podemos comprender al ponernos en contacto con ellos por medio de
la simpatía; y necesitamos comprenderlos para poder beneficiarlos
más eficazmente. Para fortalecer el lazo de simpatía que une al
maestro y al alumno, pocos medios hay tan valiosos como el del
compañerismo agradable fuera del aula. En algunas escuelas el
maestro está siempre con sus alumnos en las horas de recreo. Se
une a ellos en sus ocupaciones, los acompaña en sus excursiones y
parece identificarse con ellos. Convendría a nuestras escuelas que
esta costumbre fuese más general. El sacrificio requerido del maestro
sería grande pero cosecharía una rica recompensa.
Ninguna recreación que sea útil únicamente para ellos dará por
resultado una bendición tan grande para los niños y jóvenes como
aquella que los haga útiles para los demás. Los jóvenes, que por
naturaleza son entusiastas e impresionables, responden rápidamente
a la insinuación. Al hacer planes para el cultivo de las plantas, el
maestro debería esforzarse por despertar interés en el embellecimien-
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to de la propiedad escolar y del aula. El beneficio será doble. Los
alumnos no estarán dispuestos a echar a perder todo para desfigurar
aquello que tratan de embellecer. Se estimularán el refinamiento del
gusto, el amor al orden y el hábito de ser cuidadoso; y el espíritu
de compañerismo y cooperación desarrollado será una bendición
duradera para los alumnos.
Del mismo modo, al estimular a los alumnos a recordar a los
que están privados de esos hermosos lugares y a compartir con ellos
las bellezas de la naturaleza, se añade nuevo interés al trabajo en el
jardín o a la excursión por el campo o el bosque.
El maestro atento hallará muchas oportunidades para inducir a
sus alumnos a practicar actos de servicio. Los niñitos, especialmente,
consideran al maestro con una confianza y un respeto casi ilimitados.
Es difícil que deje de dar fruto cualquier cosa que sugiera modos de