Página 249 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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En todo el mundo
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es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren”.
Juan 4:21, 23-24
. Hay que plantar la verdad en todos
los lugares a los que tengamos acceso. Debe ser llevada a regiones
que carecen del conocimiento de Dios. Los hombres serán recibidos
al recibir a Aquel en quien se centran sus esperanzas de vida eterna.
La aceptación de la verdad como se encuentra en Jesús llenará los
corazones con melodías de alabanza a Dios.
Absorber una gran cantidad de recursos económicos en unos
pocos lugares es contrario a los principios cristianos. Cada edificio
debe levantarse con referencia a la necesidad de edificios similares
en otros lugares. Dios pide a los hombres que ocupan posiciones
de confianza en su obra, que no bloqueen el camino del progreso
utilizando egoístamente en unos pocos lugares favorecidos, o en uno
o dos ramos de trabajo, todos los recursos que se pueden obtener.
En los días del comienzo del mensaje, un gran número de perso-
nas en nuestro pueblo poseía el espíritu de abnegación y sacrificio.
Así se estableció un comienzo en forma correcta y los esfuerzos
realizados produjeron éxito. Pero la obra no se ha desarrollado en la
forma como debiera. Se ha concentrado demasiado en Battle Creek,
en Oakland y en unos pocos lugares más.
El Señor se ha propuesto que su obra se lleve a cabo con el mismo
espíritu con el que comenzó. Hay que amonestar al mundo. Hay
que entrar en un campo tras otro. La orden que se nos ha dado es:
“Añadid nuevos territorios”. Acaso como pueblo, mediante nuestras
transacciones comerciales y por medio de nuestra actitud hacia un
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mundo no salvado, ¿no debiéramos dar un testimonio todavía más
claro y decisivo que el que dimos hace veinte o treinta años?
Sobre nosotros ha brillado gran luz con respecto a los últimos
días de la historia terrena. Que nuestra falta de sabiduría y energía
no dé evidencia de una ceguera espiritual. Los mensajeros de Dios
deben estar revestidos con su poder. Deben sentir por la verdad una
reverencia elevadora que ahora no poseen. El mensaje solemne y
sagrado de amonestación procedente del Señor debe proclamarse
en los campos más difíciles y en las ciudades más pecadoras, en
todo lugar donde la luz del mensaje del tercer ángel todavía no ha
brillado. A todos hay que dar el último llamado a la cena de las
bodas del Cordero.