Deberes y privilegios de los obreros de los sanatorios
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digno. El amor ilumina el rostro y suaviza la voz; refina y eleva en
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todo sentido. Pone a la persona en armonía con Dios, porque es un
atributo divino.
Muchos corren el peligro de pensar que en medio de las preo-
cupaciones del trabajo, al practicar la medicina y al escribir sobre
temas médicos, o al llevar a cabo los deberes en los diversos depar-
tamentos, se los puede excusar si descuidan la oración, el sábado y
los servicios religiosos. Así es como las cosas sagradas se degradan
para que satisfagan su conveniencia, mientras descuidan los deberes,
los actos de abnegación y las cruces. Los médicos ni los auxiliares
debieran tratar de llevar a cabo su trabajo sin dedicar tiempo a la
oración. Dios está dispuesto a ayudar a todos los que le profesan
amor, si ellos acuden a él y, conscientes de sus propias debilidades,
buscan ansiosamente su poder. Cuando se separan de Dios, su sabi-
duría queda fundada en la necedad. Cuando se consideran pequeños
ante sus propios ojos y dependen en gran medida de Dios, entonces
él se transforma en el brazo de su poder y el éxito coronará sus
esfuerzos; pero cuando permiten que la mente se aparte de Dios,
entonces Satanás se presenta y controla los pensamientos y pervierte
el juicio...
Hermanos, os insto a actuar tomando en cuenta la gloria de Dios.
Depended de su poder, de su gracia y de su fortaleza. Por medio
del estudio de las Escrituras y de la oración ferviente, procurad
obtener conceptos claros acerca de vuestro deber y luego llevadlo
a cabo fielmente. Es indispensable que cultivéis fidelidad en las
cosas pequeñas, y al hacerlo adquiriréis hábitos de integridad en las
responsabilidades mayores. Los pequeños incidentes de cada día en
la vida, con frecuencia pasan sin ser notados, pero son estas cosas
las que le dan forma al carácter. Todo acontecimiento de la vida
contribuye en gran medida al bien o al mal. Las mentes necesitan
ser enseñadas por medio de pruebas diarias, a fin de que adquieran
poder para permanecer firmes en cualquier posición difícil. En los
días de pruebas y peligros debéis recibir fortaleza para permanecer
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firmes y defender lo recto, independientemente de las influencias
opositoras.