Página 69 - El Discurso Maestro de Jesucristo (1956)

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El verdadero motivo del servicio
Este capítulo está basado en Mateo 6:1-8 y 19:30.
“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres,
para ser vistos de ellos”.
Las palabras de Cristo en el monte fueron expresión de lo que
había sido la enseñanza silenciosa de su vida pero que el pueblo
no había llegado a comprender. Al ver que él tenía tanto poder, no
podían explicarse por qué no lo empleaba para alcanzar lo que, según
pensaban ellos, era el bien supremo. El espíritu, los motivos y los
métodos que seguían eran opuestos a los de él. Aunque aseveraban
defender con minucioso celo el honor de la ley, lo que en verdad
buscaban era la gloria personal y egoísta. Cristo quería enseñarles
que la persona que se ama a sí misma quebranta la ley.
Sin embargo, los principios sostenidos por los fariseos han carac-
terizado a la humanidad en todos los siglos. El espíritu del farisaísmo
es el espíritu de la naturaleza humana; y mientras el Salvador con-
trastaba su propio espíritu y sus métodos con los de los rabinos,
enseñó algo que puede aplicarse igualmente a la gente de todas las
épocas.
En los tiempos de Cristo los fariseos procuraban constantemente
ganar el favor del cielo para disfrutar de prosperidad y honores
mundanos, que para ellos constituían la recompensa de la virtud. Al
mismo tiempo hacían alarde de sus actos de caridad para atraer la
atención del público y ganar así renombre de santidad.
Jesús censuró esta ostentación, declarando que Dios no reconoce
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un servicio tal, y que la adulación y admiración populares que ellos
buscaban con tanta avidez eran la única recompensa que recibirían.
“Cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu
derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público”.
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