Página 707 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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“Consumado es”
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llamados a elegir entre la ley de Dios y las leyes de los hombres. En
esto se trazará la línea divisoria. Habrá solamente dos clases. Todo
carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si han
elegido el lado de la lealtad o el de la rebelión.
Entonces vendrá el fin. Dios vindicará su ley y librará a su
pueblo. Satanás y todos los que se han unido con él en la rebelión
serán cortados. El pecado y los pecadores perecerán, raíz y rama
Satanás la raíz, y sus seguidores las ramas. Será cumplida la palabra
dirigida al príncipe del mal: “Por cuanto pusiste tu corazón como
corazón de Dios, ... te arrojé de entre las piedras del fuego, oh
querubín cubridor.... En espanto serás, y para siempre dejarás de
ser.” Entonces “no será el malo: y contemplarás sobre su lugar, y no
parecerá;” “serán como si no hubieran sido.
Este no es un acto de fuerza arbitraria de parte de Dios. Los
que rechazaron su misericordia siegan lo que sembraron. Dios es la
fuente de la vida; y cuando uno elige el servicio del pecado, se separa
de Dios, y se separa así de la vida. Queda privado “de la vida de
Dios.” Cristo dice: “Todos los que me aborrecen, aman la muerte.
Dios les da la existencia por un tiempo para que desarrollen su
carácter y revelen sus principios. Logrado esto, reciben los resultados
de su propia elección. Por una vida de rebelión, Satanás y todos los
que se unen con él se colocan de tal manera en desarmonía con Dios
que la misma presencia de él es para ellos un fuego consumidor. La
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gloria de Aquel que es amor los destruye.
Al principio de la gran controversia, los ángeles no comprendían
esto. Si se hubiese dejado a Satanás y su hueste cosechar el pleno
resultado de su pecado, habrían perecido; pero para los seres celes-
tiales no habría sido evidente que ello era el resultado inevitable del
pecado. Habría permanecido en su mente una duda en cuanto a la
bondad de Dios, como mala semilla para producir su mortífero fruto
de pecado y desgracia.
Pero no sucederá así cuando la gran controversia termine. Enton-
ces, habiendo sido completado el plan de la redención, el carácter
de Dios quedará revelado a todos los seres creados. Se verá que
los preceptos de su ley son perfectos e inmutables. El pecado habrá
manifestado entonces su naturaleza; Satanás, su carácter. Entonces
el exterminio del pecado vindicará el amor de Dios y rehabilitará su