Apéndice
            
            
              775
            
            
              Mateo 24:29, 30
            
            
              se presentan tres señales específicas en el sol, la
            
            
              luna y las estrellas, como sigue:
            
            
              “Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscu-
            
            
              recerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y
            
            
              las virtudes de los cielos serán conmovidas. Y entonces se mostrará
            
            
              la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
            
            
              las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre
            
            
              las nubes del cielo, con grande poder y gloria.”
            
            
              Los días aquí mencionados son los 1.260 días proféticos, o años,
            
            
              de la tribulación del pueblo de Dios, que abarcan la Edad Media,
            
            
              y están predichos en
            
            
              Daniel 7:25; 11:33-35
            
            
              y en
            
            
              Apocalipsis 12:6,
            
            
              13-16
            
            
              . Estos días comenzaron en el año 538 de nuestra era, cuando
            
            
              el obispo de Roma fué hecho, por decreto de Justiniano y por el de-
            
            
              rrocamiento de las potencias arrianas opositoras, “Cabeza de todas
            
            
              las Santas Iglesias” y “Verdadero y Eficaz Corrector de Herejes.”
            
            
              Continuaron hasta 1798, cuando Pío VI fué llevado prisionero por
            
            
              el general Berthier y el poder del papado sobre los gobiernos de
            
            
              Europa quedó quebrantado. La tribulación, o activa persecución, no
            
            
              abarcó todo ese período. El Señor abrevió la tribulación por causa
            
            
              de los escogidos. Dos cosas importantes ocurrieron para quebrar el
            
            
              poder de esta persecución: (1) La creciente influencia de la Refor-
            
            
              ma sobre Europa, que iluminó a los príncipes acerca del verdadero
            
            
              cristianismo, y (2) la apertura del Nuevo Mundo a los oprimidos de
            
            
              todas las naciones. Los gobernantes de Europa vieron a sus súbditos
            
            
              más concienzudos abandonarlos para irse a América, y vieron que
            
            
              era necesaria la tolerancia para retenerlos. El primer gobernante de
            
            
              influencia que obró en este sentido fué María Teresa, emperatriz de
            
            
              Austria, quien en 1776 abolió la tortura en sus estados hereditarios,
            
            
              lo cual fué seguido por el edicto de tolerancia de su hijo, el empera-
            
            
              dor José II, el 22 de junio de 1781. En 1776, las colonias unidas de
            
            
              Norteamérica se declararon estados libres e independientes; y así se
            
            
              abrió un refugio para los oprimidos de todas las naciones. “Y la tierra
            
            
              ayudó a la mujer.”
            
            
              Apocalipsis 12:16
            
            
              . El obscurecimiento del sol iba
            
            
              a ocurrir “en aquellos días, después de aquella aflicción” (
            
            
              Marcos
            
            
              13:24
            
            
              ),
            
            
              “después
            
            
              de la tribulación.”
            
            
              Mateo 24:29 (VM)
            
            
              . Como la tri-
            
            
              bulación cesó hacia 1776, y los días terminaban en 1798, quedamos
            
            
              reducidos a un breve período de 22 años para ver la aparición de la
            
            
              primera de estas señales. Por lo tanto, por muchos obscurecimientos