pueden participar, y no simplemente satisfacer los deseos de la mera
curiosidad ni las observaciones de los críticos. Pero como por el
encanto de su propia belleza de carácter Jesús atrajo a sus discípulos
a sí mismo, y por su toque y sentimiento de simpatía en todas sus
dolencias y necesidades, y por su constante asociación, transformó
sus caracteres de terrenales en celestiales, de egoístas en abnegados,
y trocó la mezquina ignorancia y el prejuicio en el conocimiento
generoso y el amor profundo por las almas de todas las naciones y
razas, es el propósito de este libro presentar al bendito Redentor de
modo que ayude al lector a acudir a él como a una realidad viviente,
con la cual puede tenerse comunión íntima y vital, y hallar en él,
como los discípulos de la antigüedad, al poderoso Jesús, que “salva
hasta lo sumo,” y transforma de acuerdo con su propia imagen divina
a los que acuden a Dios por su intermedio.
Rogamos que la bendición del Altísimo acompañe a esta obra, y
que el Espíritu Santo haga de las palabras de este libro palabras de
vida para muchas almas cuyos anhelos y deseos no están aún satisfe-
chos; para que puedan “conocerle, y la virtud de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos,” y finalmente, en una eternidad
bienaventurada, compartir a su diestra la plenitud de su gozo y la
dicha inconmensurable que disfrutarán todos los que hayan hallado
en él el todo en todo, “el más señalado entre diez mil,” Aquel que
“es del todo amable,” “todo él codiciable.”
Los Editores
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