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La Educación Cristiana
presentaréis al Redentor lleno de simpatía sus propias palabras:
“Dejad los niños venir, y no se lo estorbéis; porque de los tales es
el reino de Dios”.
Marcos 10:14
. Esta oración traerá a los ángeles a
vuestro lado. Vuestro hijo no olvidará estos incidentes, y la bendición
de Dios descansará sobre tal instrucción, guiándolos a Cristo.
Cuando los niños comprenden que sus padres están procurando
ayudarles, pondrán todas sus energías en la debida dirección. Y para
los niños que reciben la debida instrucción en el hogar, las ventajas
de nuestras escuelas serán mayores que para aquellos a quienes se
ha dejado crecer sin ayuda espiritual en casa.—
Consejos para los
Maestros Padres y Alumnos, 103-112
.
* * * * *
Necesitamos de continuo una nueva revelación de Cristo, una
experiencia diaria que armonice con sus enseñanzas. Altos y santos
resultados están a nuestro alcance. El propósito de Dios es que
progresemos siempre en conocimiento y virtud. Su ley es eco de
su propia voz, que dirige a todos la invitación: “Sube más arriba.
Sé santo, cada vez más santo”. Cada día podemos adelantar en la
perfección del carácter cristiano. ...
Las tentaciones a que estamos expuestos cada día hacen de la
oración una necesidad. Todo camino está sembrado de peligros. Los
que procuran rescatar a otros del vicio y de la ruina están especial-
mente expuestos a la tentación. En continuo contacto con el mal,
necesitan apoyarse fuertemente en Dios, si no quieren corromperse.
Cortos y terminantes son los pasos que conducen a los hombres
desde las alturas de la santidad al abismo de la degradación. En un
solo momento pueden tomarse resoluciones que determinen para
siempre el destino personal. Al no obtener la victoria una vez, el al-
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ma queda desamparada. Un hábito vicioso que dejemos de reprimir
se convertirá en cadenas de acero que sujetarán a todo el ser.—
El
Ministerio de Curación, 403, 408
.
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