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Capítulo 21—La parábola de la semilla vegetante
Jesús enseñó por ilustraciones y parábolas sacadas de la naturaleza
y de los acontecimientos familiares de la vida diaria. ... De esta
manera asociaba las cosas naturales con las espirituales, vinculando
las cosas de la naturaleza y la vida de sus oyentes con las verdades
sublimes de la Palabra escrita. Y más tarde, cuandoquiera sus ojos
cayesen sobre los objetos que él había asociado con la verdad eterna,
oirían repetidas sus lecciones.
Una de las parábolas más hermosas e impresionantes de Cristo
es la del sembrador y la semilla. “Así es el reino de Dios—dijo
él—, como si un hombre echa simiente en la tierra; y duerme y
se levanta de noche y de día, y la simiente brota y crece como él
no sabe. Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego
espiga, después grano lleno en la espiga”.
Marcos 4:26-28
. ... El
que dió esta parábola era el mismo que había creado la diminuta
simiente, le había dado sus propiedades vitales y ordenado las leyes
que debían gobernar su crecimiento; e hizo de ella una ilustración
viva de la verdad tanto en el mundo natural como el espiritual.
Las verdades que esta parábola enseña fueron hechas una reali-
dad viviente en la vida misma de Cristo. Tanto en su naturaleza
física como en la espiritual, siguió el orden divino del crecimiento,
ilustrado por la planta, como él desea que hagan todos los jóvenes.
Aunque él era la Majestad del cielo, el Rey de Gloria, vino como
niño a Belén, y durante un tiempo representó al impotente infante
bajo el cuidado de su madre.
En su infancia, Jesús hizo las obras de un niño obediente. Ha-
blaba y actuaba con la sabiduría de un niño, y no de un hombre,
honrando a sus padres, y ejecutando sus deseos en forma servicial,
según la capacidad de un niño. Pero en cada etapa de su desarrollo
fué perfecto, con la gracia sencilla y natural de una vida sin pecado.
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El relato sagrado dice de su infancia lo siguiente: “Y el niño crecía,
y fortalecíase, y se henchía de gracia y sabiduría; y la gracia de
Dios era sobre él”. Y acerca de su juventud tenemos registrado: “Y
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