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La Educación Cristiana
Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los
hombres”.
Lucas 2:40, 52
.
Aquí se sugiere la obra de los padres y de los maestros. ... Deben
procurar cultivar las tendencias de los jóvenes, a fin de que en cada
etapa de su vida puedan representar la belleza natural apropiada a
ese período, en un desarrollo natural, como el de las plantas en el
jardín.
La belleza de la sencillez
Los niños más atrayentes son naturales y sin afectación. No es
prudente dar atención especial a los niños, y repetir delante de ellos
sus dichos ingeniosos. No debe estimularse su vanidad alabando su
aspecto, sus palabras o sus acciones. Tampoco debe vestírseles de
una manera costosa o vistosa. Esto estimularía en ellos el orgullo y
despertaría la envidia en el corazón de sus compañeros. Enseñad a
los niños que el verdadero adorno no es exterior. “El adorno de las
cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de
oro, ni en compostura de ropas; sino el hombre del corazón que está
encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico,
lo cual es de grande estima delante de Dios”.
1 Pedro 3:3, 4
. ...
Debe educarse a los pequeñuelos en la sencillez infantil. Debe
enseñárseles a contentarse con los deberes y servicios pequeños, y
con los placeres y los incidentes naturales a sus años. La infancia
corresponde a la hoja de la parábola, y la hoja tiene una belleza
propia peculiar. Los niños no han de ser forzados a una madurez
precoz, sino que deben conservar todo el tiempo posible la frescura
y la gracia de sus primeros años.
El jardín del corazón
La parábola del sembrador y de la simiente encierra una profunda
lección espiritual. La simiente representa los principios sembrados
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en el corazón, y su crecimiento, el desarrollo del carácter. Haced
práctica la enseñanza de este punto. Los niños pueden preparar
el suelo y sembrar la simiente; y mientras trabajan, los padres o
maestros pueden explicarles cómo es el jardín del corazón, y la buena
o mala semilla que se siembra en él: que así como el jardín debe