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La Educación Cristiana
hacer esta obra en armonía con la voluntad de Dios, los maestros
deben mantener sus mentes abiertas para recibir instrucción del gran
Maestro”.
Los Angeles, California, 18 de septiembre de 1902.
Cometeréis ciertamente un grave error si emprendéis, con unos
pocos alumnos y maestros, la realización del trabajo avanzado que
se lleva a cabo con tanta dificultad y gasto en nuestras escuelas
mayores. Será mejor para vuestros alumnos y para la escuela, que
los que necesitan estudios superiores, vayan al colegio, y dejen así
libre a vuestro cuerpo docente para dedicar sus mejores energías a
la ejecución de un trabajo esmerado en la enseñanza de las materias
comunes.
¿Qué cosa hará de nuestras escuelas un poder? No es el tamaño
de los edificios; no es el número de las materias avanzadas que se
enseñe. Es el trabajo fiel que hagan los maestros y los alumnos,
mientras comienzan con los peldaños inferiores de la escalera del
progreso y van subiendo escalón tras escalón.
Obtened un hombre fuerte para que se destaque como director
de vuestra escuela, un hombre cuya fuerza física le sostenga en la
ejecución de un trabajo cabal de disciplina; un hombre calificado
para inculcar en los alumnos hábitos de orden, aseo y laboriosidad.
Haced una obra cabal en todo lo que emprendáis. Si sois fieles en
enseñar las materias comunes, muchos de vuestros alumnos podrán
ir directamente a la obra como colportores y evangelistas. No ne-
cesitamos pensar que todos los obreros deben tener una educación
avanzada.
En todas nuestras instituciones, los jóvenes deben ser amoldados
y disciplinados para Dios; y en esta obra se han de revelar siempre
la misericordia, el amor y la ternura del Señor. Esto no debe de-
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generar en debilidad y sentimentalismo. Debemos ser bondadosos,
pero firmes. Y recuerden los maestros que aunque es necesaria la
decisión, nunca debemos ser duros o condenadores. Nunca hemos
de manifestar un espíritu intolerante. Sean ellos serenos, revelando
el mejor método al negarse a sentirse provocados a ira.
Dios quiere que manifestemos su amor mostrando vivo interés
por los jóvenes que están bajo nuestro cuidado. Presentadlos al
Señor y pedidle que haga por ellos lo que vosotros no podéis hacer.