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Capítulo 34—Libros y autores en nuestros colegios
Tengo algunos asuntos que deseo presentar ante vosotros con
respecto a la educación. Los docentes de nuestros colegios tienen
gran respeto por autores y libros que son de uso corriente en la
mayoría de nuestras instituciones educacionales. Todo el cielo ha
estado contemplando nuestras instituciones de enseñanza y se ha
preguntado: ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? El Señor nos ha
dado en su Palabra las más preciosas instrucciones, enseñándonos
qué caracteres debemos formar en esta vida a fin de prepararnos para
la vida inmortal futura. Ha sido costumbre exaltar libros y autores
que no presentan el debido fundamento necesario para la educación
verdadera. ¿De qué procedencia han obtenido estos autores su sa-
biduría, una gran parte de la cual no merece nuestro respeto, aun
cuando dichos autores sean tenidos por sabios? ¿Han obtenido sus
lecciones del más grande Maestro que el mundo ha conocido? Si
no es así, están incontestablemente en el error. A los que se están
preparando para las mansiones celestiales se les debe recomendar
que hagan de la Biblia su principal libro de estudio.
Estos autores populares no han señalado a los estudiantes el
camino que lleva a la vida. “Esta empero es la vida eterna: que te
conozcan el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado”.
Juan 17:3
. Los autores de estos libros de uso corriente en nuestros
colegios son recomendados y engrandecidos como hombres de sa-
ber; no obstante, su educación es del todo deficiente, a no ser que
hayan sido educados en la escuela de Cristo, y, mediante el cono-
cimiento práctico, den testimonio de la Palabra de Dios como el
estudio más esencial para niños y jóvenes. “El temor de Jehová es el
principio de la sabiduría”. Debieran haberse preparado libros para
poner en manos de los alumnos, libros que les enseñasen a tener
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un amor sincero y reverente por la verdad y una firme integridad.
Debieran tenerse siempre delante de ellos los estudios que son posi-
tivamente esenciales para la formación del carácter que ha de darles
una preparación para la vida futura. Cristo debe ser exaltado como
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