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La Educación Cristiana
rodea. No podéis discernir cuán insidiosamente obrará el enemigo
para corromper vuestra mente y vuestros hábitos, y desarrollar en
vosotros principios incorrectos.
Tal vez no veáis peligro real en dar el primer paso hacia la
frivolidad y la búsqueda de placeres, y penséis que cuando deseéis
cambiar vuestra conducta podréis hacer el bien tan fácilmente como
antes de entregaros a hacer el mal. Pero esto es un error. Por la
elección de malos compañeros, muchos han sido desviados paso a
paso de la senda de la virtud a profundidades de desobediencia y
disipación a las cuales consideraban una vez que les era imposible
descender.
El alumno que cede a la tentación debilita su influencia para el
bien, y el que por una conducta equivocada llegue a ser agente del
adversario de las almas, deberá rendir a Dios cuenta de la parte que
haya desempeñado en poner piedras de tropiezo en el camino ajeno.
¿Por qué habrían de vincularse los alumnos con el gran apóstata?
¿Por qué llegarían a ser sus agentes para tentar a otros? ¿Por qué no
estudiarían más bien, para ayudar y alentar a sus condiscípulos y
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sus maestros? Tienen el privilegio de ayudar a sus maestros a llevar
las cargas y a arrostrar las perplejidades que Satanás quisiera hacer
desalentadoramente pesadas y penosas. Pueden crear una atmósfera
de utilidad y alegría. Todo alumno puede tener la satisfacción de
saber que ha estado de parte de Cristo, manifestando respeto por el
orden, la diligencia y la obediencia, y negándose a poner una jota
de su habilidad o influencia en favor del gran enemigo de todo lo
bueno y elevado.
El alumno que tiene concienzuda consideración por la verdad y
un verdadero concepto del deber, puede hacer mucho para influir en
sus condiscípulos en favor de Cristo. Los jóvenes que están uncidos
con el Salvador no serán indisciplinados; no buscarán su propio
placer egoísta y su satisfacción. Debido a que son uno en espíritu
con Cristo, serán uno con Cristo en acción. Los alumnos mayores de
nuestras escuelas deben recordar que está en su poder amoldar los
hábitos y las prácticas de los estudiantes menores; y deben procurar
sacar el mejor partido de toda oportunidad. Resuelvan no entregar
por su influencia a sus compañeros en manos del enemigo.
Jesús será el auxiliador de todos los que ponen su confianza en
él. Los que están relacionados con Cristo tienen la felicidad a su