Página 259 - La Educaci

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La salud y la eficiencia
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exige conformidad a las leyes del ser. La ciencia de la educación
incluye un conocimiento tan completo de la fisiología como se pueda
obtener. Nadie puede comprender debidamente sus obligaciones
hacia Dios, a menos que comprenda claramente sus obligaciones
para consigo mismo como propiedad de Dios. El que permanece en
ignorancia pecaminosa de las leyes de la salud y de la vida, o que
viola voluntariamente estas leyes, peca contra Dios.
El tiempo dedicado al ejercicio físico no está perdido. El alumno
que estudia constantemente sus libros, y hace poco ejercicio al ai-
re libre, se perjudica a sí mismo. Un ejercicio equilibrado de los
diversos órganos y facultades del cuerpo, es esencial para el me-
jor funcionamiento de los mismos. Hay pérdida de fuerza física y
mental cuando el cerebro está constantemente recargado mientras
los otros órganos quedan inactivos. Las facultades físicas quedan
privadas de su tono sano, la mente pierde su frescura y vigor, y el
resultado es una excitación mórbida.
A fin de que hombres y mujeres tengan mentes bien equilibradas,
todas las facultades del ser deben ser puestas en uso y desarrolladas.
Hay en este mundo, muchas personas más desarrolladas en un senti-
do que en otro, porque un conjunto de facultades ha sido cultivado,
mientras que el otro se ha atrofiado por la inacción. La educación
de muchos jóvenes fracasa porque estudian demasiado, mientras
descuidan lo que pertenece a la vida práctica. Para que el equilibrio
de la mente pueda conservarse, debe combinarse un juicioso sistema
de trabajo físico con el trabajo mental, a fin de que haya desarrollo
armonioso de todas las facultades.
Los estudiantes deben tener algún trabajo manual que hacer, y
no les perjudicará si al hacerlo llegan a cansarse. ¿No os parece que
Cristo se cansaba? A la verdad que sí. El cansancio no perjudica
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a nadie. Tan sólo hace más dulce el descanso. No puede repetirse
demasiado la lección de que la educación será de poco valor, sin
fuerza física con que usarla. Cuando los alumnos dejen el colegio,
debieran tener mejor salud y mejor comprensión de las leyes de la
vida, que cuando entraron en él.