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Capítulo 39—Algunos principios del sano vestir
La biblia nos enseña la modestia en el vestir. “Asimismo, que
asistan las mujeres en traje modesto, adornándose con recato y
sobriedad”.
1 Timoteo 2:9 (VM)
. Este pasaje prohibe la ostentación
en el vestir, los colores chillones, los adornos profusos. Todo medio
destinado a llamar la atención hacia la persona así vestida, o a
despertar la admiración, queda excluido de la modesta indumentaria
prescripta por la Palabra de Dios.
Nuestro modo de vestir debe ser de poco costo; no con “oro, o
perlas, o vestidos costosos”.
1 Timoteo 2:9
. El dinero es un depósito
que Dios nos ha confiado. No es nuestro para gastarlo en cosas
que halaguen nuestro orgullo o ambición. En manos de los hijos
de Dios el dinero es alimento para los hambrientos y ropa para los
desnudos. Es defensa para los oprimidos, recurso de salud para los
enfermos y un medio para predicar el Evangelio a los pobres. Se
podría dar felicidad a muchos corazones mediante el prudente uso
de los recursos que ahora se gastan para la ostentación. Considerad
la vida de Cristo. Estudiad su carácter y compartid su abnegación.
En la sociedad llamada cristiana se gasta en joyas y en vestidos
inútilmente costosos lo que bastaría para dar de comer a todos los
hambrientos y vestir a los desnudos. La moda y la ostentación ab-
sorben los recursos con que se podría consolar y aliviar a los pobres
y enfermos. Privan al mundo del Evangelio del amor de Cristo. ...
Pero nuestra indumentaria, si bien modesta y sencilla, debe ser
de buena calidad, de colores decentes, y apropiada para el uso. Debe-
ríamos escogerla por su durabilidad más bien que para la ostentación.
Debe proporcionarnos abrigo y protección adecuada. La mujer pru-
dente descripta en los Proverbios “no tendrá temor de la nieve por
su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles”.
[285]
Proverbios 31:21
.
Nuestra ropa debe estar limpia. El desaseo en el vestir es contra-
rio a la salud y, por tanto, perjudicial para el cuerpo y el alma. “¿No
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