La educación práctica
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Al hacer esto, el corazón se entusiasma por la empresa. Todas las
facultades del ser quedan alistadas en el esfuerzo por obedecer.
Tenemos una vocación elevada y santa. Los maestros y los alumnos
han de ser mayordomos de la gracia de Cristo, y deben ser siempre
fervorosos.
El trabajo industrial
Al establecer nuestros colegios fuera de las ciudades, daremos
a los alumnos oportunidad de adiestrar tanto sus músculos para
trabajar como el cerebro para pensar. Debe enseñárseles a plantar, a
cosechar las mieses, a edificar, a ser obreros misioneros aceptables
en los trabajos prácticos. Por su conocimiento de las industrias
útiles, a menudo podrán quebrantar el prejuicio; a menudo podrán
prestar tanto servicio que la verdad quedará recomendada por el
conocimiento que posean.
En nuestra escuela de Australia, educamos a nuestros jóvenes
en estos ramos, mostrándoles que a fin de obtener una educación
completa, deben dividir su tiempo entre la adquisición del saber de
los libros y la obtención de un conocimiento del trabajo práctico.
Parte del tiempo se dedicaba al trabajo manual. Así aprendían los
alumnos a limpiar la tierra, a cultivar el suelo y a edificar casas; y
estas actividades se realizaban mayormente durante el tiempo que
de otra manera se habría dedicado a jugar y buscar diversiones. El
Señor bendijo a los estudiantes que dedicaron sus horas a aprender
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lecciones de utilidad. Se me instruyó que dijese a los dirigentes y
maestros de aquel colegio:
“Diversas industrias deben instalarse en nuestros colegios.” La
instrucción industrial debe incluir la teneduría de libros, la carpinte-
ría y todo lo que abarca la agricultura. Deben hacerse preparativos
para enseñarse los trabajos de herrería, pintura, zapatería, arte culina-
rio, panadería, lavandería, zurcidos, dactilografía e imprenta. Debe
dedicarse a este trabajo de adiestramiento toda facultad de que dis-
ponemos, para que los alumnos puedan salir preparados para los
deberes de la vida práctica.
“Debe darse a los estudiantes una educación práctica en la agri-
cultura.” Esto será de valor inestimable para muchos en sus trabajos
futuros. El adiestramiento obtenido en derribar árboles y cultivar el