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Capítulo 47—La preparación manual
No se nos ha dado la vida para que la pasemos en la ociosidad o
dándonos gusto, sino que se han puesto grandes posibilidades ante
todo el que quiera desarrollar las aptitudes que Dios le ha dado. Por
esta razón, la preparación de los jóvenes es un asunto de la mayor
importancia. Cada niño nacido en el hogar es un cometido sagrado.
Dios dice a los padres: “Tomad a este niño, y criadlo para mi, para
que sea una honra para mi nombre y un canal por medio del cual mis
bendiciones fluyan hacia el mundo”. A fin de preparar al niño para
una vida semejante, se requiere algo más que una educación parcial
y asimétrica, la cual desarrolla las facultades mentales a expensas
de las físicas. Todas las facultades de la mente y del cuerpo tienen
que desarrollarse, y ésta es la obra que los padres, ayudados por el
maestro, tienen que hacer por los niños y los jóvenes confiados a su
cuidado.
Las primeras lecciones son de gran importancia. Es costumbre
mandar a la escuela a niñitos muy pequeños. Se requiere de ellos que
estudien en los libros cosas que recargan sus tiernas inteligencias,
y a menudo se les enseña música. Con frecuencia los padres sólo
cuentan con limitados recursos e incurren en gastos que no pueden
soportar; pero hay que hacer cualquier cosa para desviarse de ese gé-
nero artificial de educación. Dicho proceder no es prudente. Un niño
nervioso no debiera ser recargado en ningún sentido y no debiera
aprender música hasta que esté bien desarrollado físicamente.
La madre debiera ser la maestra y el hogar la escuela donde todo
niño reciba sus primeras lecciones; y estas lecciones debieran incluir
las referentes a hábitos de laboriosidad. Madres, dejad a los peque-
ñuelos que jueguen al aire libre; que escuchen el canto de las aves y
entiendan el amor de Dios según se revela en sus hermosas obras.
Enseñadles lecciones sencillas del libro de la naturaleza y de las
cosas que los rodean, y, a medida que se ensanchen sus inteligencias,
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podrán añadirse lecciones sacadas de los libros y grabárselas firme-
mente en la memoria. Pero que aprendan también, aun en sus más
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