Página 327 - La Educaci

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La preparación manual
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preparados para los deberes prácticos de la vida, saldrán del hogar
para ser miembros útiles de la sociedad. Su educación supera en
mucho a la obtenida mediante la estrecha reclusión en la sala de
clases durante su tierna edad, cuando ni la mente ni el cuerpo son lo
bastante fuertes para soportar la tensión.
Los niños y los jóvenes debieran tener constantemente ante sí, en
el hogar y en la escuela, por precepto y por ejemplo, la lección que les
enseñe a ser veraces, desinteresados y laboriosos. No se les debiera
permitir que pasen el tiempo en la ociosidad; sus brazos no debieran
cruzarse en la inacción. Padres y maestros debieran trabajar por la
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realización de este propósito: el desarrollo de todas las facultades y
la formación de un carácter correcto; con todo, cuando los padres
reconozcan sus responsabilidades, quedará mucho menos que hacer
para los maestros en la preparación de sus hijos.
El cielo está interesado en esta obra en pro de los jóvenes. Los
padres y maestros que mediante sabia instrucción se acostumbren,
con calma y determinación, a pensar en otros y a cuidar de ellos,
ayudarán a los jóvenes a vencer su egoísmo y cerrarán la puerta a
muchas tentaciones. Angeles de Dios cooperarán con estos fieles
instructores. Los ángeles no han sido comisionados para hacer por sí
mismos este trabajo; pero darán fuerza y eficiencia a los que, en el
temor de Dios, traten de preparar a los jóvenes para una vida útil.—
Special Testimonies on Education, 11de mayo de 1896
. Reproducido
en
Fundamentals of Christian Education, 416-420
.
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