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Capítulo 49—La recreación cristiana
Mientras procuramos refrescar nuestro ánimo y vigorizar nuestro
cuerpo, Dios requiere de nosotros que empleemos todas nuestras
facultades en todo momento con el mejor propósito. Podemos y
debemos dirigir nuestras recreaciones de tal manera que nos dejen en
mejores condiciones para desempeñar con éxito los deberes que nos
incumben, y que se acreciente el beneficio de nuestra influencia sobre
aquellos con quienes tratamos. Podemos volver de esas ocasiones
a nuestros hogares con mejor ánimo, refrigerados físicamente, y
preparados para reanudar nuestro trabajo con más esperanza y valor.
Pertenecemos a la clase de los que creen que es su privilegio
glorificar a Dios en la tierra cada día de nuestra vida; que no vi-
vimos en este mundo solamente para divertirnos y agradarnos a
nosotros mismos. Estamos aquí para beneficiar a la humanidad y
a la sociedad; pero si permitimos que nuestra mente vaya por el
cauce bajo de la de muchos que buscan solamente la vanidad y la
insensatez, ¿cómo podremos beneficiar a nuestra especie humana
y a nuestra generación? ¿Cómo podemos ser una bendición para la
sociedad que nos rodea? No podemos participar inocentemente en
cualquier diversión que nos incapacitará para el desempeño más fiel
de nuestros deberes comunes.
Entre las compañías frecuentadas por los seguidores de Cristo
para obtener recreación cristiana, y las reuniones mundanas para
obtener placer y diversión, existirá un notable contraste. En vez de
la oración y mención del nombre de Cristo y de las cosas sagradas,
se oirá de los labios de los mundanos, la risa insensata y la conversa-
ción trivial. El objeto es divertirse en forma general. Sus diversiones
comienzan con insensatez y terminan con vanidad. Debemos con-
ducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera, que al volver
a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre de ofensa
hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos herido ni
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perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado asociados,
ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos.
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