El peligro de las diversiones
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su vida para refinar, ennoblecer y santificar a los seres humanos,
quedó agraviado por lo que se realizó.
Oyendo una voz, me di vuelta para ver quién me hablaba. Enton-
ces con dignidad y solemnidad Alguien dijo: “¿Es ésta la manera de
celebrar el aniversario de la apertura del colegio? ¿Es ésta la ofrenda
de gratitud que presentáis a Dios por las bendiciones que os ha da-
do? El mundo podría traer una ofrenda tan aceptable como ésta en
esta ocasión memorable. Los maestros están cometiendo el mismo
error que se ha cometido vez tras vez. Deben adquirir sabiduría de
los incidentes pasados. El mundo negligente y ateo puede ofrecer
muchas ofrendas como ésta, de una manera mucho más aceptable”.
Dirigiéndose a los profesores, dijo: “Habéis cometido un error
cuyos efectos será difícil borrar. El Señor de Israel no queda glori-
ficado en el colegio. Si en este momento el Señor permitiese que
acabase vuestra vida, muchos se perderían, eternamente separados
de Dios y de los justos”.
Consecuencia de apartarse una vez de lo recto
Estas cosas son una repetición de la conducta de Aarón, quien al
pie del Sinaí permitió un primer comienzo de mala conducta al dejar
que penetrase en el campamento de Israel un espíritu de holgorio
y de vulgaridad. Moisés estaba en el monte con Dios, y Aarón
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había quedado encargado del pueblo. Manifestó su debilidad al no
mantenerse firmemente contra las propuestas del pueblo. Podría
haber ejercido su autoridad para impedir que la congregación hiciese
el mal, pero así como en su casa fracasó con sus hijos, demostró la
misma administración deficiente en el manejo de Israel. Su debilidad
como jefe se vió en su deseo de agradar al pueblo, aun sacrificando
los principios. Perdió su poder de mandar al conceder el primer
permiso que dejó al pueblo contrariar las órdenes de Dios en el
menor detalle. Y como resultado, entró el espíritu de idolatría, y la
corriente puesta en movimiento no pudo ser detenida hasta que se
hubieron tomado medidas severas y decisivas.
Se necesitó tiempo y mucho trabajo y pesar para borrar la influen-
cia de lo sucedido en el colegio de Avondale en aquel miércoles de
tarde. Pero el incidente fué una lección que ayudó a los encargados
del colegio a comprender la tendencia de tales diversiones.