Página 353 - La Educaci

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La importancia de la preparación física
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esencial para su felicidad. Pueden hablar de la elevada esfera de
la mujer y de sus derechos, y, no obstante, estar ellas mismas muy
por debajo de la esfera verdadera. Es derecho de toda hija de Eva
poseer un perfecto conocimiento de los deberes domésticos y ser
enseñada en cada ramo de sus ocupaciones. Toda joven debe estar
educada de tal modo que si se la llama a ocupar el puesto de esposa
y madre pueda presidir como una reina en sus dominios. Debiera ser
del todo competente para guiar e instruir a sus hijos y para dirigir
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a sus sirvientes o, si necesario fuese, suplir con sus propias manos
las necesidades de su familia. Tiene el derecho de comprender el
mecanismo del cuerpo humano y los principios de la higiene, lo
referente a la dieta y el vestido, el trabajo y la recreación y a un
sinnúmero de otras cosas que se relacionan íntimamente con el bie-
nestar de su familia. Tiene el derecho de obtener un conocimiento
de los métodos mejores para el tratamiento de las enfermedades
que le permita cuidar a sus hijos cuando estén enfermos en lugar
de abandonar sus preciosos tesoros en las manos de enfermeras y
médicos extraños.
El concepto de que la ignorancia acerca de la ocupación prove-
chosa constituye una característica esencial del verdadero caballero
o la dama, es contrario al designio de Dios en la creación del hom-
bre. La ociosidad es un pecado y la ignorancia acerca de los deberes
ordinarios es el resultado de la insensatez; y en el resto de la vida
dará amplio motivo para lamentarla amargamente.
Los que hacen de servir y honrar a Dios su regla de vida, pres-
tarán atención al mandato del apóstol: “Si pues coméis, o bebéis, o
hacéis otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios”. Tales estudiantes
mantendrán su integridad frente a la tentación y saldrán del cole-
gio con inteligencias bien desarrolladas y con salud de cuerpo y de
alma.—
The Signs of the Times, 29 de junio de 1882
. Reproducido
en
Fundamentals of Christian Education, 71-76
.
* * * * *
El tiempo de que disponemos es corto. Sólo una vez podemos
pasar por este mundo; saquemos, pues, al hacerlo, el mejor provecho
de nuestra vida. La tarea a la cual se nos llama no requiere riquezas,
posición social ni gran capacidad. Lo que sí requiere es un espíritu