394
La Educación Cristiana
A cada estudiante del internado le digo: Sea fiel a las obliga-
ciones domésticas. Sea fiel en el cumplimiento de las pequeñas
responsabilidades. Sea en realidad un cristiano lleno de vida en el
hogar. Gobiernen los principios cristianos su corazón y fiscalicen
su conducta. Preste atención a toda sugestión dada por el maestro;
pero obre de modo que no sea necesario decirle siempre lo que tiene
que hacer. Discierna las cosas por sí mismo. Vea usted mismo si
en su habitación todas las cosas están limpias y en orden; procure
que nada de lo que haya en ella ofenda a Dios, sino que cuando los
ángeles santos pasen por su pieza se sientan movidos a detenerse,
atraídos por el orden y la limpieza que hay en ella. Cumpliendo
sus deberes con buena voluntad, con esmero y fidelidad, obra como
misionero. Testifica por Cristo. Demuestra que la religión de Cristo
no le hace, ni en principios ni en práctica, desaliñado, ordinario,
irrespetuoso para con sus maestros al punto de prestar poca atención
a su consejo e instrucción. Si práctica la religión de la Biblia, ella
lo hará bondadoso, reflexivo, fiel. Lo inducirá a no descuidar las
cosas pequeñas que deben hacerse. Adopte por lema las palabras de
[437]
Cristo: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”.
Lucas 16:10
.
El pueblo de Dios no cultiva bastante la sociabilidad cristiana.
Esta rama de la educación no debe descuidarse ni perderse de vista
en nuestras escuelas.
La sociabilidad y la cortesía cristiana
Se debe enseñar a los alumnos que no son átomos independien-
tes, sino que cada uno es una hebra de hilo que ha de unirse con
otras para completar una tela. En ningún departamento puede darse
esta instrucción con más eficacia que en el internado escolar. Es allí
donde los estudiantes están rodeados diariamente de oportunidades
que, si las aprovechan, les ayudarán en gran manera a desarrollar
los rasgos sociales de su carácter. Pueden aprovechar de tal modo
su tiempo y sus oportunidades que logren desarrollar un carácter
que los hará felices y útiles. Los que se encierran en sí mismos y no
están dispuestos a prestarse para beneficiar a otros mediante ami-
gable compañerismo, pierden muchas bendiciones; porque merced
al trato mutuo el entendimiento se pule y refina; por el trato social