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En auxilio de nuestros colegios
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Dios nos llama a la acción a fin de que nuestras instituciones
educacionales se vean libres de deudas. Llévese a cabo el plan de
Dios según él lo ha ordenado.
La presente es una oportunidad que no podemos perder. Su-
plicamos a todo nuestro pueblo que ayude hasta el máximo de su
capacidad precisamente ahora. Le suplicamos que haga una obra
que ha de ser agradable a Dios, al comprar el libro. Pedimos que
todo recurso eficaz se use para contribuir a su circulación. Suplica-
mos a los presidentes de nuestras asociaciones que consideren de
qué manera les será posible promover esta empresa. Suplicamos a
nuestros ministros que al visitar a las iglesias animen a hombres y
mujeres a que salgan como colportores y avancen decididamente
en el camino de la abnegación dando una parte de sus ganancias en
auxilio de nuestros colegios.
Un movimiento general es necesario, y ha de empezar con ini-
ciativas individuales. En toda iglesia, cada miembro de cada familia
ha de hacer esfuerzos resueltos por ser abnegado y ayudar en la
promoción de la obra. Desempeñen los niños una parte. Cooperen
todos. Hagamos lo mejor que podamos en este tiempo para dar a
Dios nuestra ofrenda, para llevar a cabo su voluntad manifestada
y crear así una ocasión para dar testimonio en su favor y en el de
su verdad en un mundo de tinieblas. La lámpara está en nuestras
manos. Resplandezca su luz brillantemente.
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Jóvenes, vosotros que pensáis entrar en el ministerio, emprended
esta tarea. El manejo del libro que el Señor ha colocado en vues-
tras manos constituirá vuestro medio educativo. Aprovechando esta
oportunidad, progresaréis en verdad en el conocimiento de Dios y
de los mejores métodos para alcanzar a la gente.
El Señor pide que jóvenes y señoritas entren en su servicio. Los
jóvenes son receptivos, fuertes, ardientes y esperanzados. Una vez
que hayan gustado la bendición del sacrificio propio, no estarán
satisfechos a menos que estén aprendiendo constantemente del gran
Maestro. El Señor abrirá caminos ante los que quieran responder a
su llamado.
Aplicad a la obra el ferviente deseo de aprender a llevar respon-
sabilidades. Con fuerte brazo y corazón valiente lanzaos al conflicto
en que todos deben entrar, conflicto que se hará más y más severo a
medida que nos aproximemos a la lucha final.