Capítulo 69—Los jóvenes han de llevar
responsabilidades
“Os he escrito a vosotros, mancebos, porque sois fuertes, y la
palabra de Dios mora en vosotros, y habéis vencido al maligno”.
1
Juan 2:14
.
A fin de que la obra pueda avanzar en todos los ramos, Dios pide
vigor, celo y valor juveniles. El ha escogido a los jóvenes para que
ayuden en el progreso de su causa. Para hacer planes con mente
clara y ejecutarlos con mano valerosa, se requiere energía fresca y no
estropeada. Los jóvenes están invitados a dar a Dios la fuerza de su
juventud, para que por el ejercicio de sus capacidades, por reflexión
aguda y acción vigorosa, le tributen gloria, e impartan salvación a
sus semejantes.
En vista de su elevada vocación, nuestros jóvenes no tienen
que buscar diversiones ni vivir para la complacencia egoísta. La
salvación de las almas debe ser el motivo que los inspire a obrar.
En la fuerza que Dios les ha dado, han de elevarse por encima de
todo hábito esclavizador y degradante. Deben medir bien la senda
de sus pies, recordando que adonde ellos vayan, otros los seguirán.
Nadie vive para sí; todos ejercen una influencia para bien o para
mal. Debido a esto, el apóstol exhorta a los jóvenes a ser sobrios y
serios. ¿Cómo pueden ser de otra manera si recuerdan que han de
ser colaboradores con Cristo, participantes con él de su abnegación
y sacrificio, de su longanimidad y benevolencia misericordiosa?
A los jóvenes de hoy, tan ciertamente como a Timoteo, se dirigen
las palabras: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la
palabra de verdad”. “Huye también los deseos juveniles; y sigue la
justicia, la fe, la caridad, la paz”.
2 Timoteo 2:15, 22
. “Sé ejemplo
de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en
fe, en limpieza”.
1 Timoteo 4:12
.
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Los que entre nosotros han estado llevando cargas van siendo
segados por la muerte. Muchos de los que estuvieron al frente, reali-
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