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La Educación Cristiana
ligereza; por tanto, nuestro pueblo debiera estar enterado de lo que
estoy diciendo.
No creo que tendré más “testimonios” para nuestro pueblo. Nues-
tros hombres de sólidas inteligencias saben lo que es bueno para
levantar y edificar la obra. Pero con el amor de Dios en sus cora-
zones, es necesario que profundicen cada vez más en el estudio de
las cosas de Dios. Estoy muy ansiosa de que nuestra juventud ten-
ga la debida clase de lectura; entonces los mayores la conseguirán
también. Debemos mantener nuestros ojos en la atracción religiosa
de la verdad. Debemos mantener abiertos la mente y el cerebro a
las verdades de la Palabra de Dios. Satanás se acerca cuando los
hombres están desprevenidos. No debemos estar satisfechos porque
el mensaje de amonestación ha sido presentado una vez. Debemos
presentarlo una y otra vez.
Podríamos empezar un curso de lectura tan intensamente intere-
sante que atraería a muchas inteligencias e influiría sobre ellas. Si
se me dispensa la vida para ulterior trabajo, gozosamente ayudaré a
preparar libros para los jóvenes.
Hay una obra que hacer para los jóvenes por medio de la cual
sus inteligencias serán formadas y modeladas por la santificadora
verdad de Dios. Es mi sincero deseo que nuestra juventud halle el
verdadero significado de la justificación por la fe y la perfección de
carácter que ha de prepararla para la vida eterna. No espero vivir
mucho tiempo, y dejo este mensaje para los jóvenes a fin de que el
objeto que se propongan no se frustre.
Exhorto a mis hermanos a estimular a los jóvenes a mantener
muy en alto la belleza y la gracia de Dios. Trabajad y orad cons-
tantemente para que comprendáis el elevado valor de la verdadera
religión. Reclamad la bendición y atractivo de la santidad y de la
gracia de Dios. He sentido pesadumbre con respecto a esto porque
sé que se ha descuidado.
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No tengo seguridad de que mi vida dure mucho tiempo, pero
siento que soy acepta al Señor. El sabe lo mucho que he sufrido al
presenciar las bajas normas de vida adoptadas por los así llamados
cristianos. He sentido que era imperativo que la verdad se viera en
mi vida y que mi testimonio alcanzase a la gente. Deseo que hagáis
todo lo que podáis para colocar mis escritos en manos de la gente
en tierras extranjeras.