28
La Edificación del Carácter
susceptibles a las influencias del Espíritu Santo. En ausencia del
estimulante habitual, siente un hambre del cuerpo y del alma, no
de justicia, de santidad, ni de la presencia divina, sino de su ídolo
acariciado. En la complacencia de los deseos perniciosos, los profe-
sos cristianos debilitan diariamente sus potencias, imposibilitándose
para glorificar a Dios.
[32]