Página 39 - La Edificaci

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Capítulo 5—Un ejemplo de valor y fidelidad
Cuando Darío tomó posesión del trono de Babilonia, inmediata-
mente procedió a reorganizar el gobierno. Estableció “sobre el reino
ciento veinte sátrapas... y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales
Daniel era uno”.
Daniel 6:1, 2
. Y “Daniel mismo era superior a estos
sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el
rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”.
Daniel 6:3
. Los honores
concedidos a Daniel excitaron los celos de los hombres dirigentes
del reino. Los presidentes y príncipes trataban de encontrar ocasión
de interponer una queja contra él. “Mas no podían hallar ocasión
alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado
en él”.
Daniel 6:4
.
¡Qué lección se presenta aquí para todos los cristianos! Los
ojos aguzados por el celo estaban fijos en Daniel día tras día; y
su observación estaba acerada por el odio; sin embargo no podían
presentar como errónea ni una sola palabra, ni un solo acto de su
vida. Con todo, él no tenía ninguna pretensión de santificación; pero
hizo aquello que era infinitamente mejor: vivía una vida de fidelidad
y consagración.
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Un complot satánico
Cuanto más inmaculada la conducta de Daniel, mayor era el
odio que suscitaban contra él sus enemigos. Estaban llenos de enojo,
porque no podían encontrar nada en su carácter moral o en la reali-
zación de sus deberes, sobre lo cual basar una queja. “No hallaremos
contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos
contra él en relación con la ley de su Dios”.
Daniel 6:5
. Tres veces
por día Daniel oraba al Dios del cielo. Esta era la única acusación
que podía encontrarse en su contra.
Se ideó ahora un plan para consumar su destrucción. Sus enemi-
gos se reunieron en el palacio, y pidieron al rey que aprobara un
decreto en virtud del cual ninguna persona en todo el reino pidiera
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