Página 43 - La Edificaci

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Resultados de la plegaria ferviente
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Dios, veríamos respuestas tan maravillosas a nuestras peticiones
como las que le fueron concedidas a Daniel. Oíd cómo presenta su
caso ante la corte del cielo:
“Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nues-
tras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre;
porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras
justicias, sino en tus muchas misericordias. Oye, Señor; oh Señor,
perdona; presta oído, Señor, y haz; no tardes, por amor de ti mismo,
Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu
pueblo”.
Daniel 9:18, 19
.
El hombre de Dios estaba orando por la bendición del cielo sobre
su pueblo, y por un conocimiento más claro de la voluntad divina.
La preocupación de su corazón era con respecto a Israel, que no
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estaba, en el sentido más estricto de la palabra, guardando la ley
de Dios. Reconoce que todas sus desgracias habían venido como
consecuencia de sus transgresiones de la santa ley. Dice: “Hemos
pecado, hemos cometido iniquidad... Porque a causa de nuestros
pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo
son el oprobio de todos en derredor nuestro”. Los judíos habían
perdido su carácter peculiar y sagrado como pueblo escogido de
Dios. “Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus
ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado”.
Daniel 9:5, 16, 17
. El corazón de Daniel se vuelve con intenso
anhelo al santuario desolado de Dios. El sabe que su prosperidad
puede ser restaurada únicamente cuando Israel se arrepienta de
sus transgresiones de la ley de Dios, y se vuelva humilde, fiel y
obediente.
El mensajero celestial
Mientras se eleva la oración de Daniel, el ángel Gabriel viene
volando desde las cortes del cielo, para decirle que sus peticiones
han sido escuchadas y contestadas. El ángel poderoso ha sido co-
misionado para darle capacidad y comprensión, para abrir delante
de él los misterios de las edades futuras. Así, mientras trata fervo-
rosamente de conocer y comprender la verdad, Daniel es puesto en
comunicación con el mensajero delegado del cielo.