Página 71 - La Edificaci

Basic HTML Version

Alcancemos un carácter perfecto
67
En la epístola a los colosenses también se presentan los gloriosos
privilegios otorgados a los hijos de Dios. “Habiendo oído de vuestra
fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos... desde
el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir
[85]
que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría
e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo
en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme
a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad”.
Colosenses 1:4, 9-11
.
La norma de la santidad
El propio apóstol estaba tratando de alcanzar la misma norma de
santidad que les presentó a sus hermanos. Escribe a los filipenses:
“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las
cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor... a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y
la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él
en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre
los muertos. No que lo haya alcanzado ya, que ya sea perfecto; sino
que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también
asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que
queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la
meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Filipenses 3:7, 8, 10-14
.
Hay un notable contraste entre las pretensiones jactanciosas y
llenas de justicia propia de los que profesan estar sin pecado, y
el lenguaje sencillo del apóstol. Sin embargo, fue la pureza y la
fidelidad de su vida lo que dio tal poder a las exhortaciones que
[86]
dirigía a sus hermanos.
La voluntad de Dios
Pablo no vaciló en destacar, en toda oportunidad apropiada, la
importancia de la santificación bíblica. El dice: “Pues la voluntad