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La Educación
ahora os son anunciadas [...] cosas en las cuales anhelan mirar los
ángeles
Para nosotros, que estamos al borde mismo de su cumplimiento,
¡de cuán profunda importancia, de cuán palpitante interés, son estas
descripciones de los sucesos venideros, que los hijos de Dios han
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esperado, anhelado, y orado desde que nuestros primeros padres
salieron del Edén!
En este tiempo, antes de la gran crisis final, lo mismo que antes de
la primera destrucción del mundo, los hombres están absortos en los
placeres y otras ocupaciones que atañen a los sentidos. Embargados
por lo visible y lo transitorio, han perdido de vista lo invisible y lo
eterno. Sacrifican riquezas imperecederas por riquezas que perecen
con el uso. Es necesario elevar sus mentes y ampliar sus conceptos
de la vida. Es necesario despertarlos del letargo del sueño mundano.
Necesitan aprender, del nacimiento y la caída de las naciones, tal
como lo presenta la Santa Escritura, de cuán poco valor es la gloria
externa y mundanal. Babilonia, con todo su poder y magnificencia,
que el mundo no volvió a contemplar—poder y magnificencia que
parecieron estables y duraderos—ha desaparecido completamente.
Ha perecido “como la flor del campo”. Así perece todo lo que no
tiene a Dios como cimiento. Solo puede durar lo que está ligado al
propósito divino y expresa el carácter de Dios. Sus principios son lo
único firme que el mundo conoce.
Estas son las grandes verdades que tanto los jóvenes como los
ancianos necesitan aprender. Necesitamos estudiar el cumplimiento
del propósito de Dios en la historia de las naciones y en la revelación
de las realidades futuras, a fin de poder estimar en su verdadero valor
las cosas visibles e invisibles, aprender cuál es el verdadero ideal
de la vida; dar el uso más noble y adecuado a las cosas del tiempo,
una vez consideradas a la luz de la eternidad. De este modo, al
aprender aquí los principios de su reino, y al llegar a ser sus súbditos
y ciudadanos, podremos prepararnos para entrar en posesión de él
cuando el Señor venga.
El día está cerca. El tiempo que queda es demasiado breve para
las lecciones que hay que aprender, la obra que hay que hacer, la
transformación del carácter que debe efectuarse.
“Hijo de hombre, ahora los de la casa de Israel dicen: “La visión
que este ve es para dentro de muchos días; para lejanos tiempos