La historia y la profecía
155
“Hija de Sión [...] allí serás librada; allí te redimirá Jehová de
manos de tus enemigos. “Ahora se han juntado muchas naciones en
[164]
contra tuya, y dicen: “¡Que sea profanada y se recreen nuestros ojos
a la vista de Sión!” Mas ellos no conocieron los pensamientos de
Jehová, ni entendieron su consejo”.
“Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice
Jehová, porque “Desechada” te llamaron, diciendo: “Esta es Sión,
de la que nadie se acuerda”. Así ha dicho Jehová: “He aquí yo hago
volver a los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré
misericordia”
“¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salva-
rá. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos
alegraremos en su salvación”.
“Destruirá a la muerte para siempre [...] y quitará la afrenta de
su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dich
“Mira a Sión, ciudad de nuestras fiestas solemnes. Tus ojos verán
a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada [...].
Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová
es nuestro Rey. ¡Él mismo nos salvará!
“Juzgará con justicia a los pobres, y resolverá con equidad a
favor de los mansos de la tierra
Entonces se cumplirá el propósito de Dios; los principios de su
reino serán honrados por todos los que habiten debajo del sol.
“Nunca más se oirá en tu tierra violencia,
Destrucción ni quebrantamiento en su territorio,
Sino que a tus muros llamarás Salvación,
Y a tus puertas Alabanza”.
“Con justicia serás adornada;
Estarás lejos de opresión, porque no temerás,
Y de temor, porque no se acercará a ti
Los profetas a quienes fueron reveladas estas grandes escenas
anhelaban comprender su significado. Ellos “inquirieron [...] dili-
gentemente [...] escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos [...]. A estos se les reveló que
no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que