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La Educación
fueron también asolados los rebaños de las ovejas”. “La vid está seca
y pereció la higuera; también el granado, la palmera y el manzano:
Todos los árboles del campo se secaron. Y así se extinguió el gozo
de los hijos de los hombres
“¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón
[...], no callaré, porque sonido de trompeta has oído, alma mía: ¡un
pregón de guerra! Se anuncia quebranto tras quebranto, porque toda
la tierra es destruida. ¡De repente son destruidas mis tiendas, en un
momento mis cortinas!”
“Miré a la tierra, y vi que estaba desordenada y vacía; y a los
cielos, y no había luz en ellos. Miré a los montes, y vi que temblaban,
y todos los collados fueron destruidos. Miré, y no había hombre, y
todas las aves del cielo se habían ido. Miré, y vi que el campo fértil
era un desierto, y todas sus ciudades estaban asoladas delante de
Jehová, delante del ardor de su ira
“¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante
a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado
“Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus
puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa
la indignación
“Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada
“El Dios de dioses, Jehová, ha hablado
y ha convocado la tierra desde el nacimiento del sol
hasta donde se pone.
Desde Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.
Vendrá nuestro Dios y no callará;
fuego consumirá delante de él
y tempestad poderosa lo rodeará.
Convocará a los cielos de arriba y a la tierra,
para juzgar a su pueblo [...].
¡Los cielos declararán su justicia,
porque Dios es el juez