Página 18 - La Educaci

Basic HTML Version

14
La Educación
Semejante educación provee algo más que una disciplina mental;
provee algo más que una preparación física. Fortalece el carácter, de
modo que no se sacrifiquen la verdad y la justicia al deseo egoísta
o a la ambición mundana. Fortalece la mente para su lucha contra
el mal. En vez de que una pasión dominante llegue a ser un poder
destructor, se amoldan cada motivo y deseo a los grandes principios
de la justicia. Al espaciarse en la perfección del carácter de Dios, la
mente se renueva y el alma vuelve a crearse a su imagen.
¿Qué educación puede superar a esta? ¿Qué puede igualar su
valor?
“No se dará a cambio de oro ni su precio
será a peso de plata.
No puede ser pagada con oro de Ofir,
con ónice precioso ni con zafiro.
No se le pueden comparar el oro ni el diamante,
ni se la cambiará por alhajas de oro fino.
¿Y qué decir del coral o de las perlas?
¡La sabiduría vale más que las piedras preciosas!
El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance
del más elevado pensamiento humano. La meta a alcanzar es la
piedad, la semejanza a Dios. Ante el estudiante se abre un camino
de progreso continuo. Tiene que alcanzar un objetivo, lograr una
norma que incluye todo lo bueno, lo puro y lo noble. Progresará tan
rápidamente e irá tan lejos como le sea posible en todos los ramos
del verdadero conocimiento. Pero sus esfuerzos se dirigirán a fines
mucho más elevados que el mero egoísmo y los intereses temporales,
cuanto son más altos los cielos que la tierra.
El que coopera con el propósito divino para impartir a los jóvenes
un conocimiento de Dios, y modelar el carácter en armonía con el
suyo, participa en una obra noble y elevada. Al despertar el deseo de
alcanzar el ideal de Dios, presenta una educación tan elevada como
[18]
el cielo, y tan amplia como el universo; una educación que no se
puede completar en esta vida, sino que continuará en la venidera;
una educación que asegura al estudiante de éxito su pasaporte de la
escuela preparatoria de la tierra a la superior, la celestial.
[19]