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La Educación
yores serán llamados del campo, del viñedo y del taller, y enviados
por el Maestro para dar su mensaje. Muchos de ellos habrán tenido
pocas oportunidades de educarse, pero Cristo ve en ellos cualidades
que los capacitarán para cumplir su propósito. Si hacen el trabajo
con todo el corazón y siguen aprendiendo, Cristo los capacitará a fin
de que puedan trabajar para él.
El que conoce la profundidad de la miseria y la desesperación
del mundo, conoce los medios para aliviarlas. Ve por todas partes
almas en tinieblas, abrumadas por el pecado, el color y la pena. Pero
también ve sus posibilidades; ve la altura adonde pueden llegar.
Aunque los seres humanos han abusado de su misericordia, han
malgastado sus talentos y han perdido la dignidad de una condición
humana semejante a la de Dios, el Creador va a ser glorificado por
su redención.
Cristo confía la responsabilidad de trabajar por estos necesitados
que se encuentran en los lugares más toscos de la tierra, a los que
pueden compadecerse del ignorante y del extraviado. Estará presente
para ayudar a los de corazón sensible a la piedad, aunque sus manos
sean rudas y torpes. Trabajará por medio de los que pueden ver
misericordia en el dolor y ganancia en la pérdida. Cuando pasa
la Luz del mundo, se descubre un privilegio en las dificultades,
orden en la confusión, éxito en el aparente fracaso. Se ven en las
calamidades bendiciones disfrazadas; en los dolores, misericordias.
Los obreros provenientes del pueblo común, que comparten las
penas de sus semejantes como su Maestro compartió las de toda la
especie humana, lo verán, por medio de la fe, trabajar junto a ellos.
“Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo
¡Tenemos un mundo que amonestar!
Con una preparación como la que pueden obtener, miles y miles
de jóvenes y adultos deben estar entregándose a esta obra. Muchos
corazones responden ya al llamamiento del Artífice Maestro, y su
número aumentará. Preste todo educador cristiano compañerismo y
cooperación a tales obreros. Anime y ayude a los jóvenes que están
bajo su cuidado a obtener la preparación necesaria para unirse a las
filas de los obreros.
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No hay tarea en la que sea posible a los jóvenes recibir mayor
beneficio. Todos los que se ocupan en el ministerio constituyen la
mano ayudadora de Dios. Colaboran con los ángeles, o más bien, son