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La escuela del más allá
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principios del cielo; la obra de la vida aquí es una preparación para
la obra de la vida allá. Lo que somos ahora en carácter y servicio
santo es el símbolo seguro de lo que seremos entonces.
“El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir
La obra de Cristo en la tierra es su obra en el cielo, y la recompensa
que recibiremos por trabajar para él en este mundo será el mayor
poder y el más amplio privilegio de trabajar con él en el mundo
venidero.
“Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy
Dios
Esto también seremos en la eternidad.
¿Por qué se permitió que el gran conflicto se prolongara por
tantos siglos? ¿Por qué no se suprimió la existencia de Satanás al
comienzo mismo de su rebelión? Para que el universo se convencie-
ra de la justicia de Dios en su trato con el mal; para que el pecado
recibiera condenación eterna. En el plan de salvación hay alturas y
profundidades que la eternidad misma nunca podrá agotar, maravi-
llas que los ángeles desearían escrutar. De todos los seres creados,
únicamente los redimidos han conocido por experiencia el conflicto
real con el pecado; han trabajado con Cristo y, cosa que ni los ánge-
les podrían hacer, han participado de sus sufrimientos. ¿No tendrán
acaso algún testimonio acerca de la ciencia de la redención, algo
que sea de valor para los seres no caídos?
Aún ahora es “dado a conocer” “por medio de la iglesia”, “a los
principados y potestades en los lugares celestiales, la multiforme
sabiduría de Dios”. Y “juntamente con él nos resucitó, y asimismo
nos hizo sentar en los lugares celestiales [...] para mostrar en los
siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad
para con nosotros en Cristo Jesús
“En su templo todo proclama su gloria
y el canto que cantarán
los redimidos, el canto de su experiencia, declarará la gloria de Dios:
“Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del
Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor
Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los
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santos. ¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre?, pues
solo tú eres santo”
En nuestra vida terrenal, aunque restringida por el pecado, el
mayor gozo y la más elevada educación se encuentran en el servi-
cio. Y en la vida futura, libre de las limitaciones de la humanidad