Biografías de grandes hombres
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La lección es para todos. Nadie puede saber cuál será el propósito
de la disciplina de Dios, pero todos pueden estar seguros de que
la fidelidad en las responsabilidades pequeñas es evidencia de la
idoneidad para llevar responsabilidades más grandes. Cada acto de la
vida es una revelación del carácter, y solo aquel que en los pequeños
deberes demuestra ser “obrero que no tiene de que avergonzarse
será honrado por Dios con responsabilidades mayores.
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Moisés—Poderoso por la fe
Cuando quedó privado del cuidado protector del hogar de su
infancia, Moisés era menor que José y Daniel y, sin embargo, ya
habían amoldado su carácter los mismos instrumentos que amolda-
ron la vida de aquellos. Pasó solamente doce años con su parentela
hebrea, pero durante ese tiempo puso el cimiento de su grandeza
una persona de fama poco pregonada.
Jocabed era mujer y esclava. Su destino en la vida era humilde,
y su carga pesada. Sin embargo, el mundo no ha recibido beneficios
mayores mediante ninguna otra mujer, con excepción de María de
Nazaret. Sabiendo que su hijo había de pasar pronto de su cuidado
al de los que no conocían a Dios, se esforzó con más fervor aún
para unir su alma con el cielo. Trató de implantar en su corazón
el amor y la lealtad a Dios. Y llevó a cabo con fidelidad esa obra.
Ninguna influencia posterior pudo inducir a Moisés a renunciar a los
principios de verdad que eran el centro de la enseñanza de su madre.
Del humilde hogar de Gosén, el hijo de Jocabed pasó al palacio
de los faraones, al cuidado de la princesa egipcia que le dio la
bienvenida como a un hijo amado y mimado. Moisés recibió en las
escuelas de Egipto la más elevada educación civil y militar. Dotado
de grandes atractivos personales, de formas y estatura nobles, de
mente cultivada y porte principesco, y renombrado como jefe militar,
llegó a ser el orgullo de la nación. El rey de Egipto era también
miembro del sacerdocio, y Moisés, aunque se negaba a tener parte
en el culto pagano, fue iniciado en todos los misterios de la religión
egipcia. Siendo todavía Egipto en ese tiempo la nación más poderosa
y civilizada, Moisés, como soberano en perspectiva, era heredero de
los mayores honores que el mundo le podía otorgar. Pero su elección
fue más noble. Por el honor de Dios y la liberación de su pueblo