Trabajando con los ángeles, 5 de abril
¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a
favor de los que serán herederos de la salvación?
Hebreos 1:14
.
Una parte del ministerio de los ángeles es visitar nuestro mundo y
supervisar la obra del Señor que está en las manos de sus administrado-
res. En todo tiempo de necesidad ellos ministran a aquellos que, como
colaboradores de Dios, están luchando para llevar adelante su obra en la
tierra... Las huestes angélicas se regocijan siempre que cualquier rama
de la obra de Dios prospera.
Los ángeles están interesados en el bienestar espiritual de todos los
que están tratando de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre; y
la familia humana debe conectarse con la familia celestial para curar las
heridas y llagas que ha hecho el pecado. Los agentes angélicos, aunque
invisibles, están cooperando con los agentes humanos visibles formando
una sociedad de socorro con los hombres. Los mismos ángeles que,
cuando Satanás buscaba la supremacía, lucharon la batalla en los atrios
celestiales y triunfaron al lado de Dios, los mismos ángeles que exultaron
de gozo por la creación del mundo, y por la creación de nuestros primeros
padres que habitarían la tierra, los ángeles que testificaron de la caída del
hombre y de su expulsión del hogar edénico,—estos mismos mensajeros
celestiales tienen el mayor interés en trabajar en unión con la raza caída
y redimida para la salvación de los seres humanos que están pereciendo
en sus pecados.
Los agentes humanos son las manos de los agentes celestiales; porque
los ángeles celestiales emplean manos humanas en el ministerio visible...
Al unirnos con estos poderes que son omnipotentes, somos beneficiados
con su educación y experiencia superiores. Así, al llegar a ser partícipes
de la naturaleza divina y al separar el egoísmo de nuestras vidas, se
nos conceden talentos especiales para ayudarnos mutuamente. Esta es
la manera celestial de distribuir el poder salvador.—
The Review and
Herald, 19 de marzo de 1901
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