Batallas para pelear, 20 de abril
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la
cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión
delante de muchos testigos.
1 Timoteo 6:12
.
Hay continuas batallas que pelear y no estamos a salvo ni un mo-
mento a menos que nos coloquemos bajo el cuidado de Aquel que dio
su propia vida preciosa para hacer posible que cada uno que crea en él
como el Hijo de Dios, cuando se vea frente a la presión de la variada
ciencia de Satanás, pueda escapar de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia. Es plenamente capaz, en respuesta a nuestra
fe, de unir nuestra naturaleza humana con la suya divina. Al confiar
en la naturaleza divina y al participar de ella y al fortalecer nuestros
esfuerzos, estamos proclamando que la misión de Cristo sobre la tierra
es paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres. Debemos
hablar de los peligros de la guerra contra enemigos invisibles y llevar
puesta nuestra armadura, porque no estamos guerreando contra carne
ni sangre, sino contra principados y potestades y huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes... Por lo tanto necesitamos mantenernos
bajo la constante custodia de los santos ángeles.
El seguir a Cristo no significa estar libre de conflictos. No es un
juego de niños. No es ociosidad espiritual. Todo el gozo del servicio
de Cristo significa la sagrada obligación de enfrentar a menudo duros
conflictos. Seguir a Cristo significa duras batallas, labor activa, guerra
contra el mundo, la carne y el maligno. Las victorias ganadas por Cristo
en guerra dura y cruenta serán nuestro gozo... Estamos alistados para
luchar “no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanece”.
Juan 6:27
. Debemos procurar nuestra salvación con temor
y temblor...
Se requiere una vigilancia continua para ser fieles hasta la muerte,
para pelear la buena batalla de la fe hasta que termine la guerra y como
vencedores recibamos la corona de la vida.—
Manuscrito 156, 1907
.
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