Página 140 - En los Lugares Celestiales (1968)

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Una audiencia con el altísimo, 7 de mayo
Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de
que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la
recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad,
la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.
1
Tesalonicenses 2:13
.
La Biblia es la voz de Dios hablándonos tan ciertamente como si
pudiéramos oírlo con nuestros oídos. La palabra del Dios viviente no está
sólo escrita, sino que es hablada. ¿Recibimos la Biblia como el oráculo
de Dios? Si nos damos cuenta de la importancia de esta Palabra, ¡con qué
respeto la abriríamos, y con qué fervor escudriñaríamos sus preceptos!
La lectura y la contemplación de las Escrituras serían consideradas como
una audiencia con el Altísimo.
La Palabra de Dios es un mensaje que debemos obedecer, un volumen
para consultar a menudo y con cuidado, y con un espíritu deseoso de
asimilar las verdades escritas para la admonición de aquellos a quienes
han alcanzado los fines de los siglos. No debe ser descuidado en favor
de cualquier otro libro. Si no seguimos los caminos de Dios necesitamos
convertirnos. Si practicamos su Palabra esto originará una influencia
elevadora en nuestra vida mental, moral y física... Cuando abrimos la
Biblia comparemos nuestras vidas con sus requerimientos, midiendo
nuestro carácter con la gran norma moral de justicia.—
Manuscrito 30a,
1896
.
La vida de Cristo, que da vida al mundo, está en su Palabra. Por su
palabra Jesús sanó enfermedades y echó demonios; por su palabra calmó
el mar y levantó a los muertos; y la gente daba testimonio de que su
palabra era con poder. Él hablaba la palabra de Dios como fue hablada
por todos los profetas y maestros del Antiguo Testamento. La Biblia
entera es una manifestación de Cristo. Es nuestra fuente de poder...
Sí, la Palabra de Dios es el pan de vida. Los que comen y digieren
esta Palabra ... se fortalecen en la fuerza de Dios.—
The Review and
Herald, 11 de junio de 1908
.
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