Como estudiar la Biblia, 11 de mayo
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en
ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Juan 5:39
.
No es suficiente estudiar la Biblia como se estudian los otros libros.
Para entenderla con certeza el Espíritu Santo debe mover el corazón del
investigador. El mismo Espíritu que inspiró la Palabra debe inspirar al
lector de la Palabra. Entonces se oirá la voz del cielo. “Tu palabra, oh
Dios, es verdad”, será el lenguaje del alma.
La mera lectura de la Palabra no logrará el resultado designado por
el cielo; debe estudiarse y acariciarse con el corazón. El conocimiento de
Dios no se obtiene sin esfuerzo mental. Debemos estudiar con diligencia
la Biblia, pidiéndole a Dios la ayuda del Espíritu Santo para que podamos
entender su Palabra. Deberíamos tomar un versículo y concentrar la
mente para descubrir el pensamiento que Dios encerró en ese versículo
para nosotros, y luego meditar en ese pensamiento hasta hacerlo nuestro,
así sabremos “qué dice el Señor”.
No hay sino poco provecho de la lectura apresurada de las Escrituras.
Puede leerse toda la Biblia y sin embargo dejar de ver su belleza o
de comprender su significado profundo y oculto. Un pasaje estudiado
hasta que su significado es claro para la mente y su relación con el
plan de salvación es evidente, es de más valor que la lectura detenida
de muchos capítulos sin tener ningún propósito definido y sin obtener
ninguna instrucción positiva. Llevad con vosotros vuestra Biblia. Apenas
tenéis la oportunidad leedla: fijad los textos en vuestra memoria. Aun
cuando estéis caminando por las calles podéis leer un pasaje y meditar
en él, fijándolo así en la mente.—
The Review and Herald, 11 de junio
de 1908
.
El estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús nos darán no-
ciones bien definidas de responsabilidad personal y fuerza para subsistir
en el día de la prueba y tentación.—
Joyas de los Testimonios 2:101
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