Fragante en palabra, 19 de junio
Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,
de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras
serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Mateo 12:36,
37
.
Cuando el profeta Isaías contempló la gloria del Señor, quedó asom-
brado, y abrumado por un sentimiento de su propia debilidad e indig-
nidad, exclamó: “¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre
inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios
inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos”.
Isaías
6:5
... Examínese a sí misma a la luz del cielo toda alma que pretende ser
un hijo o una hija de Dios; mire los labios contaminados que lo hacen
“muerto”. Son el medio de comunicación... No los uséis, pues, para sacar
del tesoro del corazón palabras que deshonren a Dios y desanimen a
los que os rodean, sino usadlos para la alabanza y gloria de Dios, quien
los formó con ese propósito... Cuando el amor de Jesús es el tema de
contemplación las palabras que salgan de los labios humanos estarán
llenas de alabanza y acción de gracias a Dios y al Cordero...
La visión dada a Isaías representa la condición del pueblo de Dios
en los últimos días... Al mirar por fe dentro del lugar santísimo y al
ver la obra de Cristo en el santuario celestial, se dan cuenta que son
un pueblo de labios inmundos, un pueblo cuyos labios a menudo han
hablado vanidades, y cuyos talentos no han sido santificados y empleados
para la gloria de Dios... Pero ... si humillan sus almas ante Dios, habrá
esperanza para ellos. El arco iris de la promesa está sobre el trono, y la
obra hecha para Isaías será realizada en ellos.—
The Review and Herald,
22 de diciembre de 1896
.
Sed fragantes en vuestras palabras. Recordad que sois o un sabor de
vida para vida o de muerte para muerte. Seamos como flores fragantes.
Que el amor de Cristo inunde nuestras vidas. Sean vuestras palabras
como manzanas de oro con figuras de plata.—
The General Conference
Bulletin, 4 de abril de 1901
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