Leales el uno al otro, 20 de junio
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia.
Efesios 4:31
.
Hay quienes piensan en forma más elevada de sí mismos de lo
que debieran. Hablan mal de sus hermanos porque, después de hacerse
una cosa, pueden mirar hacia atrás y decir en qué forma diferente la
hubieran hecho ellos, pero su previsión no hubiera sido mejor que la de
sus hermanos si hubiesen estado en su lugar...
Manteneos alejados de la silla del juicio. Todo juicio está reservado al
Hijo de Dios... Satanás trabaja celosamente para hacer que los hombres
pequen en este punto. Son sus misioneros aquellos cuyas lenguas están
muy prontas para emitir palabras de crítica y que son hábiles interroga-
dores que sonsacan expresiones y opiniones cuyas semillas han colocado
de antemano en la mente. Pueden repetir las expresiones que sacan de
otros como originadas por aquellos a quienes tan solapadamente llevan
al terreno prohibido. Estas personas parecen encontrar siempre algo que
criticar y condenar. Atesoran todas las cosas de naturaleza desagradable
y luego leudan a los demás... ¡Qué gran bosque enciende un pequeño
fuego!—
Manuscrito 144
.
No uséis nunca vuestra lengua y vuestra voz para descubrir y au-
mentar los defectos de vuestros hermanos, porque el registro del cielo
identifica los intereses de Cristo con aquellos que compró con su propia
sangre. “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más peque-
ños, a mí lo hicisteis”.
Mateo 25:40
. Debemos aprender a ser leales el
uno con el otro, a ser tan fieles como el acero en la defensa de nuestros
hermanos. Mirad vuestros propios defectos. Descubrid más bien una
falta vuestra que diez de vuestro hermano. Recordad que Cristo ha orado
por éstos sus hermanos que todos ellos puedan ser uno, como él es uno
con el Padre. Tratad hasta el extremo de vuestras posibilidades de estar
en armonía con vuestros hermanos.—
Ibid
.
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