Olas de bendición, 20 de agosto
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con
qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada
fuera y hollada de los hombres.
Mateo 5:13
.
Estas palabras fueron dichas a unos pocos y humildes pescadores.
Había sacerdotes y rabinos en aquella congregación de oyentes, pero a
ellos no les fueron dirigidas... Con estas palabras de Cristo tenemos una
idea de lo que constituye el valor de la influencia humana. Es obrar bajo
la influencia de Cristo, exaltar lo que Cristo exaltó, impartir principios
correctos y detener el avance de la corrupción del mundo. Es esparcir la
gracia que sólo Cristo puede impartir. Es elevar y suavizar las vidas y
caracteres de otros por medio del poder de un ejemplo puro junto a una fe
y un amor sinceros. El pueblo de Dios debe ejercer un poder preservador
y reformador en el mundo. Debe contrarrestar la influencia destructiva y
corrupta del maligno.—
The Review and Herald, 22 de agosto de 1899
.
A medida que avancéis en la vida os encontraréis con aquellos cuya
suerte está lejos de ser fácil. Afán y privación, con ninguna esperanza
de mejores cosas en el futuro, hacen su carga muy pesada... Agobiados
y oprimidos, no saben a dónde dirigirse en busca de alivio. Poned todo
vuestro corazón en la tarea de ayudarlos ... Recordad que Cristo murió
tanto por ellos como por vosotros. Extendedles una mano de ayuda...
Haced de esto una norma, sin proferir jamás una sola palabra de duda o
desánimo. Podéis realizar mucho para iluminar las vidas de otros y para
fortalecer sus esfuerzos con palabras de santo gozo.—
The Watchman, 5
de mayo de 1908
.
El más humilde y más pobre de los discípulos de Jesús puede ser
una bendición para otros. Puede ser que no se den cuenta de que están
realizando algo especialmente bueno, pero con su inconsciente influen-
cia pueden poner en marcha olas de bendiciones que se extenderán y
profundizarán y cuyos benditos resultados pueden no conocer hasta el
día de la recompensa final.—
Ibid
.
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