Página 269 - En los Lugares Celestiales (1968)

Basic HTML Version

Peligros en la senda de la vida, 8 de septiembre
Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.
Salmos 17:5
.
Ahora más que en cualquier otro tiempo los caminos de la vida están
obstruidos con peligros que no alcanzo a describir. Por un solo desvío
de la senda del principio santificado, Satanás obtiene una ventaja y nos
conduce más y más lejos de la justicia y de la verdad...
Para nadie, joven o adulto, hay seguridad frente a las tentaciones
de Satanás, y los que eligen unirse con los impíos, absorberán de su
espíritu y darán frutos parecidos. La única seguridad consiste en andar
humildemente con Dios, en ir por donde el Maestro señala el camino.
Siempre hay seguridad y protección en obedecer un “Así dice Jehová”...
Necesitamos orar sin cesar. Anhele el corazón a Dios. Anhele apar-
tarse en diaria, frecuente oración, creyendo, confiando, aferrándose a
la promesa, diciendo como Jacob: “No te dejaré, si no me bendices”.
Génesis 32:26
. “Sustenta mis pasos en tus caminos”, oh Dios, “para que
mis pies no resbalen” (
Salmos 17:5
) hacia los hoyos que los hombres
han cavado para mis pies.
La supresión de una defensa de la conciencia, el descuido en hacer la
cosa misma que el Señor ha señalado, un paso en el camino del principio
equivocado, frecuentemente conducen a un cambio entero de la vida y la
acción...
La tarea del hombre es trabajar en cooperación con Dios. Solo, sus
pies se deslizarán por el camino que aparentemente es el más seguro.
No podemos andar seguramente un paso en la mera sabiduría humana.
Si queremos andar sin temor, debemos saber que la mano de Jesucris-
to sostiene firmemente la nuestra. Y podemos saber esto únicamente
escudriñando la Palabra del Dios viviente...
Dios desea que los hombres sientan su dependencia de él, y se confíen
a esa mano que puede salvar hasta lo sumo, a ese corazón que palpita en
respuesta al llamado de la sufriente humanidad.—
Carta 71, 1898
.
[261]
265